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Sublime Natalia Jiménez en el Coliseo de Puerto Rico


El éxito de un músico radica en la acogida del público. Para que ésta se dé es indispensable unos elementos: La calidad y pertinencia de la letra de las canciones; Un acompañamiento musical preciso; Talento interpretativo; Y carisma. Si a eso le sumamos que el artista es un ser humano sensible, comprometido con su público y la cultura y con una gran chispa de vida, tenemos a alguien que trasciende países y hasta lenguas. El pasado 9 de febrero de 2024, uno de esos seres únicos se adueñó del Coliseo de Puerto Rico en un lleno total: Natalia Jiménez. A poco menos de un año de su última visita a la Isla, tuvo la misma acogida y entrega del público puertorriqueño casi en el cierre de su gira “Antología 20 años” la cual comenzó aquí.


Cerca de las 9 PM se escuchó la voz de la propia cantautora anunciando la “Tercera llamada”. Seguido, cantó una canción un músico que Natalia conoció en la calle. Luego se proyectó un vídeo y narración de su vida desde niña hasta llegar a ser la super estrella internacional de la música que es; Así también las canciones “Donde irán” y “Que te quería”. Luego de éstas, Natalia entró a tarima con un exquisito traje negro corto y una sobre falda del mismo color larga siendo recibida con un gran aplauso y todo el público de pie. Mientras cantaba su primera canción, “Niña”, se le escuchó decir efusivamente “¡Muchas gracias y buenas noches Puerto Rico!”. De ese modo el concierto continuó con las canciones: “Perdición”, “Tu peor error”, “Algo más” (Que emocionada dedicó a su amor Arnold), “Daría” y “Me muero”.

 

Al terminar esta última canción, se quedó la banda tocando sola y la cantautora salió detrás de la tarima para luego sorprender al público al aparecer caminando por el área de arena confundiéndose entre su gente. Al regresar al escenario, comenzó una parte muy intensa marcada con por la selección de canciones con el toque de lo acústico y las historias e intimidades que compartió Natalia con el público. Con una intensidad especial cantó: “Si quieres”, “La frase tonta”, “Tan solo tú”, “Lo mejor de mi vida”, “El color de tus ojos” y “Creo en mí”. Así mismo sorprendió al público cantando “Recuérdame” la cual había interpretado junto a Mark Anthony.


Luego de esa canción, la tarima se oscureció para luego iluminarse estando sola la banda y tocando y cantando conducidos por su corista la canción “El Sol”. Inmediatamente finalizada ésta, entraron unos mariachis seguido de Natalia con un imponente traje rojo de charra mexicana y un sombrero. Luego de mencionar lo importante que ha sido la música regional mexicana en su vida, se adueño del Coliseo con su potente voz interpretativa con las canciones: “Costumbre”, “La gata bajo la lluvia”, “Te lo pido por favor”, “Ya lo sé que tú te vas”, “Amor eterno”, “El pobre”, “Si nos dejan” y “Quédate con ella” con la que se despidió del público puertorriqueño y salió de tarima. La gente no espero ni unos segundos y comenzó a pedir otra y Natalia regreso inmediatamente junto con su banda y mariachis para terminar una noche mágica e intensa con las canciones “El Sol no regresa” y “El Rey”.

 

El éxito de un concierto suele medirse por la asistencia de un público, pero la grandeza radica en la calidad de quien lo da y la entrega de él o la misma artista. El concierto “Antología 20 años” se caracterizó por lo simple en efectos especiales y proyecciones de imágenes siendo la protagonista y centro de atracción la propia artista y su viaje musical por sus 20 años de carrera creando una sensación de celebración. Si con su voz y letras de por sí no hicieran a Natalia Jiménez grande, su don de ser, su humanismo y humildad la llevan a otro nivel y se vio en su concierto en el constante reconocimiento y agradecimiento a músicos que fueron importantes en su vida, a la gente y al público que la ha amado, seguido, apoyado y estado con ella en sus momentos más difíciles, a su amor y compañero de su vida y al arte como mecanismo de expresión y sanación personal y colectiva.

 

Al final de la velada, una cantautora regresaba a su camerino cansada, pero con la misma sonrisa con la que subió a tarima. En el Coliseo de Puerto Rico quedó una inolvidable memoria para ella y para su público. Una gratitud mutua marcó una noche memorables. Asistentes y artista se fundieron en un abrazo de amor bajo la excusa de la música. Así terminó una noche que nunca terminará y esperamos 20 años más de Natalia Jiménez la artista y la mujer.


Para ver nuestro álbum de fotos del concierto pulse aquí

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