Una noche, dos lugares, cuatro agrupaciones, una misma pasión de música
Puerto Rico es una isla rica en cultura. Cada noche, en algún lugar, el teatro, la exposición de arte, la literatura, la danza y la música, además de la intimidad en algún espacio desde el cual estar creando, coexisten de modo intenso, constante y muy vivo. Cada velada un menú de eventos en algún lugar de esta isla para el deleite de los sentidos. Así fue el pasado viernes, 16 de febrero de 2019, y MusicartePR estuvo en dos mágicos eventos de los que ocurrieron esa noche en el Área Metropolitana. Aquí les compartimos lo vivido.
La noche comenzó en Latidos en Miramar; Lugar lleno de historia en donde lo profano y la fe tienen ecos en el tiempo y han coexistido. En un camerino, las cantautoras Cheryl Rivera y Calma Carmona se preparaban para sus sendas presentaciones en ese lugar; Allí conversaban, contaban anécdotas y se reían. Afuera, un restaurante lleno de comensales que fueron a disfrutar de la música y la comida, esperaban impacientes.
La primera en tomar la noche fue Cheryl Rivera. Con esa dulzura en su energía, la explosión de colores en su ropa y su cabello con una flor, la cantautora llenó de paz y pasión aquel recinto. Solo acompañada de su guitarrista y su voz, la cantautora hizo un breve viaje por algunas de sus creaciones. La selección musical estuvo marcada por canciones muy especiales y llenas de historias para Cheryl. En su garganta y ojos, la pasión por su arte fueron su mejor interpretación y el público supo valorarla con aplausos y suspiros.
Paso seguido y luego de un breve intermedio, la música volvió a vibrar en la tarima en las notas de un percusionista y guitarrista mientras por el medio de aquel lugar caminaba con la dulzura e intensidad de sus pasos y vestida un bodysuit blanco mientras saluba al público a su paso, la cantautora Calma Carmona. Al llegar a la tarima, la música se detuvo brevemente para dar paso a la explosión de notas y juegos vocales en Calma Carmona. En un formato acústico, sentada y más íntimo de lo que se está acostumbrado a verla sus presentaciones con su banda, su intensidad se mantuvo intacta. La cantautora interpretó algunas de sus canciones más conocidas. Su presentación estuvo marcada por la potencia de su voz, esa sensualidad tan de ella, el juego de luces que la acompañó y la complicidad del público.
En un cambió radical de público y de espacio, MusicartePR llegó a El Boricua en Río Piedras para la presentación de Brenda Hopkins y su banda junto con Almas Band. Al llegar, una vibra intensa se sentía en ese lugar. La cantidad de la gente y su diversidad daba un toque especial. En cierto momento y sin necesidad de presentarse, los músicos tomaron su lugar y comenzó un intenso viaje musicales lleno de texturas musicales que fueron un deleite para los sentidos. Pocas veces se ve la fusión de dos bandas completas con estilos esencialmente diferentes y mucho menos que sea exitoso. Sin embargo, este junte fue uno único que fue más allá de lo bueno que nos proyectamos que sería.
La presentación musical de Almas Band y la banda de Brenda Hopkins fue sublime. Ambas bandas se presentaron juntas. Cada una aportó su estilo creando un conversar musical que llenaba los sentidos. Ninguna de las agrupaciones fue sobre la otra y más bien fue un conversar. La fusión del funk de Almas Band con el jazz de la banda de Brenda Hopkins fue exquisitamente interesante y bien lograda. Los jamming en las canciones fueron un despliegue de talento sin protagonismos sino la mera pasión por la música y el lenguaje de cada instrumento. Un público atento supo disfrutar, bailar y sentir. Realmente, toda la experiencia de esa noche en El Boricua fue un placer sensorial.
Una noche, dos lugares, cuatro bandas, una misma pasión. Cada velada en Puerto Rico algo pasa; Algo nos recuerda nuestra esencia. La música es más que notas: Es historia y poesía hecha texturas sonoras. Solo hay que saber buscar en dónde se da y atreverse a vivir.